Proteger los medios físicos y electrónicos que almacenan CUI y FCI implica un enfoque estratégico que combina tecnología, políticas y concienciación. Considera las siguientes mejores prácticas al desarrollar un programa de protección de medios que cumpla con el requisito de protección de medios de CMMC 2.0.

Realiza Entrenamientos Regulares para la Protección Adecuada de Medios

Las sesiones de entrenamiento regular sobre protección de medios—y la información confidencial almacenada en esos medios—mantienen a los empleados actualizados sobre las últimas amenazas y técnicas de prevención, fomentando una cultura de conciencia y vigilancia en seguridad. Al comprender estas amenazas en evolución, los empleados están mejor equipados para identificar y responder a actividades sospechosas.

Implementa Controles de Acceso Estrictos para Limitar el Acceso a los Medios

Implementa controles de acceso rigurosos para asegurar que solo el personal autorizado tenga la capacidad de manejar e interactuar con datos confidenciales, ya sea que estén almacenados en formatos físicos o en medios electrónicos. Para los medios físicos, utiliza soluciones de almacenamiento seguro como gabinetes con llave y áreas restringidas donde solo aquellos con la autorización adecuada pueden entrar. Para la protección de medios electrónicos, enfócate en la seguridad digital como contraseñas, biometría y autenticación multifactor (MFA).

Usa Herramientas de Cifrado para Proteger Medios Físicos y Electrónicos

El cifrado de datos en tránsito y en reposo asegura que los datos sensibles permanezcan confidenciales y seguros contra accesos no autorizados. Convierte los datos en un formato seguro e ilegible que requiere la clave de descifrado adecuada.

Establece una Política Integral de Protección de Medios

Una política de protección de medios debe contener directrices claras sobre el manejo adecuado de medios sensibles. Naturalmente, la política debe comunicarse a los empleados. La política debe incluir protocolos de almacenamiento seguro, transporte, uso y eliminación que ayuden a mantener la integridad y confidencialidad de los datos.

Audita y Monitorea Regularmente las Prácticas de Uso y Almacenamiento de Medios

Revisa y evalúa sistemáticamente los protocolos y tecnologías que tu organización emplea para gestionar tus medios digitales y físicos, de modo que puedas identificar cualquier debilidad o vulnerabilidad en tus sistemas existentes que puedan ser explotadas por actores maliciosos. Las auditorías a menudo incluyen la evaluación de la efectividad de los métodos de cifrado, controles de acceso y procedimientos de manejo de datos. Las prácticas de monitoreo rastrean cómo se mueven los datos dentro de la organización y quién tiene acceso a ellos. Esta supervisión continua permite a las organizaciones detectar accesos no autorizados o filtraciones de datos de manera oportuna.

Utiliza Métodos Seguros de Transferencia de Datos para Compartir Medios

Al transferir datos sensibles, utiliza métodos seguros para proteger los datos de accesos no autorizados. Estos métodos a menudo incorporan cifrado. También se emplean características de autenticación para confirmar la identidad de las partes involucradas en el intercambio de datos. Estas prácticas previenen el acceso no autorizado y aseguran que los datos no sean alterados durante la transmisión.

Mantén un Inventario Actualizado de Todos los Dispositivos de Medios

Al saber exactamente qué dispositivos están en uso y dónde se encuentran, las organizaciones pueden prevenir problemas potenciales, como que los dispositivos se vuelvan obsoletos o funcionen mal, lo que podría llevar a ineficiencias o interrupciones del sistema. Las actualizaciones regulares y los reemplazos oportunos de dispositivos de medios son esenciales para mantener protocolos de seguridad robustos, ya que los dispositivos obsoletos pueden tener fallas de seguridad sin parchear que pueden ser explotadas por actores maliciosos.

Desarrolla e Implementa un Proceso Seguro de Respaldo y Recuperación

Identifica todos los datos críticos y determina las estrategias de respaldo adecuadas según su importancia y el impacto potencial de su pérdida. Se deben implementar respaldos programados regularmente, aprovechando tanto soluciones locales como externas para proporcionar una protección robusta. Este enfoque dual asegura que los datos se almacenen en múltiples ubicaciones, reduciendo el riesgo de pérdida de datos debido a incidentes localizados. Probar el proceso de recuperación periódicamente también es crucial para asegurar que los datos puedan ser restaurados exitosamente en caso de pérdida de datos. Incorporar un plan de recuperación ante desastres como parte de la estrategia general de respaldo ayuda a las organizaciones a prepararse para interrupciones a gran escala.

 

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